MÉXICO ENCUENTRA ALIVIO CON AYUDA REAL DE INCANSABLES MINISTROS VOLUNTARIOS
En el 32º aniversario del terremoto de México de 1985 que cobró la vida de 10 000 personas, y después de unas pocas horas de la ceremonia que lo conmemoraba, la naturaleza volvió a golpear el mismo día de septiembre con un terremoto de magnitud 7.1.
Centrado alrededor de 112 km de la Ciudad de México, el desastre mató a 361, hirió a 6 000 y derrumbó edificios a través de México Central. La historia está en las vidas salvadas por los valientes y desinteresados héroes que hicieron algo al respecto.
Inmediatamente después del terremoto, cientos de Ministros Voluntarios de Scientology (VMs) respondieron a la llamada. Trabajaron junto a sus socios, el legendario equipo de búsqueda y rescate, Los Topos. Expertos en escarbar a través de escombros y rescatar a aquellos que están atrapados, Los Topos son conocidos por hombres, mujeres y niños desde el Japón hasta América del Sur quienes les agradecen por haberles salvado sus vidas.
Paulina Gómez es una de ellas. Dos días después del terremoto de México, después de 36 horas de trabajo seguidas, Los Topos la sacaron de debajo de los restos del colegio Enrique Rebsamen. En los días siguientes, Los Topos salvaron a más de 40 de estas víctimas atrapadas.
La Iglesia de Scientology de México se convirtió rápidamente en el cuartel general de Los Topos y otros que estaban respondiendo al desastre. Allí, los VMs recibieron, organizaron y distribuyeron unas 96 toneladas de suministros donados, con los cansados socorristas durmiendo brevemente y recargando baterías entre turnos de 8.5 horas de trabajo físico agotador.
Las carpas de VM amarillas y brillantes comenzaron a aparecer en la Ciudad de México, sitios donde todos podían encontrar agua, alimentos, suministros médicos, pañales y comida para bebés. Allí también encontrarían un oído paciente o ayudas renovadoras, técnicas que el Fundador de Scientology L. Ronald Hubbard desarrolló para ayudar a acelerar la recuperación del estrés y el trauma. A medida que cientos de civiles en la Ciudad de México se unían a los VMs, poniéndose sus camisetas amarillas y adoptando su lema, las ayudas eran una de las primeras herramientas que aprendían para ayudar a los sobrevivientes.
Con la noticia de colegios colapsados y estudiantes atrapados, muchos niños tenían miedo de regresar a la escuela, por lo que los VMs impartieron seminarios y ayudas a cientos de personas para sacarlas de la conmoción y ayudarlas a superar sus miedos. Funcionó, y los estudiantes se sintieron suficientemente seguros como para regresar al colegio.
Los Ministros Voluntarios entrenados, dieron seminarios y ayudas a más de 10 000 y ayudaron a más de 140 000 en labores de rescate durante las semanas siguientes. Y mientras septiembre 19 siempre será recordado como el día cuando no uno, sino dos, terremotos sacudieron la ciudad de México hasta sus entrañas, también será recordado como un tiempo en que su gente se encontró con la tecnología de VM para salvar vidas y reconstruir.
PONIÉNDOSE EN ACCIÓN
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Los Ministros Voluntarios son conocidos en todo el mundo por ser una de las primeras fuerzas de socorro privadas en llegar al lugar del desastre, y los últimos en irse. Para hacer eso se requiere una red de Ministros Voluntarios capacitados y listos que puedan responder en momentos de necesidad.
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Estos cursos te darán la tecnología básica que necesitas para comenzar a actuar si ocurre un desastre. Incluso si no tienes experiencia en socorrer durante desastres, se te capacitará más en el terreno y te sentirás aún con más confianza para ayudar a los demás. Déjanos saber que quieres ser parte de nuestro Equipo de Socorro en la Catástrofe contactándonos de modo que podamos añadirte a nuestro sistema de alerta de e-mail y contactarte cuando se necesiten VMs.
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Los Ministros Voluntarios están disponibles en todo el planeta las 24 horas para responder a cualquiera y a todos los desastres. Tu contribución financiará los viajes de los voluntarios así como alimentos, agua, carpas y suministros médicos para las víctimas de desastres.